Rodeado de exuberante vegetación y situado en lo alto de un acantilado, este mirador ofrece una panorámica única de la desembocadura del río Nalón y del mar Cantábrico. Desde lo alto, se puede admirar la belleza de la costa asturiana.
Ubicado en lo alto de una colina, ofrece una vista inigualable del mar Cantábrico y de los pintorescos paisajes del entorno. Desde este punto privilegiado, se pueden apreciar las playas de fina arena blanca…
Esta ruta ofrece una vista panorámica impresionante de la costa y el mar Cantábrico. A lo largo del camino, los visitantes pueden disfrutar de la belleza natural de la región, con acantilados, playas y paisajes pintorescos.
Conformado por una extensa playa de fina arena dorada y rodeado de una exuberante vegetación, este lugar ofrece un paisaje paradisíaco a los visitantes. Además de su belleza natural, la Barra de San Esteban…
Su característica principal es su torre amarilla, que se eleva imponente en medio del paisaje. Desde su construcción en el siglo XVIII, ha sido testigo de numerosos acontecimientos y ha albergado a importantes personajes de la historia.
Construido en el siglo XVII, el palacio se caracteriza por su imponente fachada de piedra y sus elegantes balcones de hierro forjado. En su interior, se pueden apreciar maravillosas obras de arte, como frescos y tapices.
Esta antigua grúa, propiedad de la empresa Babcock & Wilcox, se convirtió en un símbolo de la industria siderúrgica y minera de la región. Con una estructura imponente y robusta, esta vieja grúa aún conserva su maquinaria original.
Esta casona, construida en el siglo XVIII, cuenta con una arquitectura tradicional asturiana con una fachada de piedra y una impresionante galería de madera. Su interior alberga un espacio acogedor y elegante.
Construido a principios del siglo XX, este majestuoso cargadero se erige frente al mar, con sus estructuras de hierro y sus enormes grúas que alguna vez fueron utilizadas para cargar los barcos con carbón.
Uno de los recursos turísticos más demandados es la senda costera, conocida como Ruta de los Miradores, todo el trayecto se hace bordeando el mar entre bosques de castaños y pinos.